* Ninguna autoridad ha podido combatir el grave problema de la inseguridad.
Por: Ricardo Pérez Bretón
El Vigilante Veracruzano
Esperanza, Pue. 07-Jul.-25.-Nuevamente la autopista Puebla-Orizaba, se ha consolidado como una de las vías de comunicación más peligrosas de todo México, en tramos como Amozoc, Esperanza, Acatzingo y Cumbres de Maltrata, los grupos de la delincuencia organizada han perfeccionado tácticas para engañar y despojar a transportistas y automovilistas, tanto de las unidades de carga como particulares.
De manera lamentable, los presuntos delincuentes instalan retenes falsos, usando luces estroboscópicas y patrullas con apariencia oficial, algunas clonadas asimilando ser de la Guardia Nacional División Carreteras, esto para obligar a los conductores a detenerse. Una de las tantas agresiones hacia los conductores fue cerca de Palmar de Bravo.

El conductor de un Tractocamión que remolcaba una caja seca, detectó el falso y logró evadir el alto y a los presuntos delincuentes, mismos que portaban armas. Además, los robos suelen ir vinculados de violencia, como narra el caso de Omar, quien fue despojado de su camioneta y atado en un terreno baldío.
Las zonas más vulnerables incluyen Amozoc, Acajete, Tepeaca, Cuapiaxtla, Quecholac, Tecnacachalco y Esperanza. El 26 de febrero de 2025, un tráiler que transitaba por Acatzingo fue detenido por sujetos armados que simulaban operar un retén; tras forzar al conductor a descender, se llevaron la unidad .

El 5 de mayo de 2025, un tráiler desapareció entre Acatzingo y Ciudad Mendoza junto con su operador, José María López Ortega; su GPS dejó de emitir señal antes de la caseta Esperanza.
En abril del presente año, tres conductores tráileres unidos frenaron con sus unidades un auto que perseguía a uno de sus colegas y frustraron el robo . Esta acción, además de viralizarse, refleja la frustración por la escasa respuesta institucional.

A pesar se han realizado operativos de la Guardia Nacional y registrado detenciones, los asaltos no cesan. A pesar de los exhortos del gremio transportista (AMOTAC, FEMATRAC) entre otros y denuncias penales formales, muchos casos no derivan en investigaciones concluyentes; la opacidad sigue perpetuando la impunidad.
En la autopista Puebla-Orizaba se vive, día tras día, como una trampa diseñada por delincuentes. Transportistas y automovilistas reclaman presencia continua de fuerzas federales y estatales, instalación de cámaras, patrullajes dinámicos y protocolos rápidos de actuación. Hasta que no se logre frenar este fenómeno con acciones concretas, la “ruta comercial” seguirá siendo un corredor marcado por el miedo y la violencia.